Por: Santiago Castro 

Los resultados de la Encuesta de Opinión del Consumidor de Fedesarrollo sugiere que el Índice de Confianza al Consumidor cae en el mes de julio y se revierte una tendencia ascendente que se había registrado en los últimos cinco meses. Registra un balance de -14,9%, es decir una caíde de 3,6% frente al mes de junio y de 17,5 % frente a julio del año anterior. De los componentes del índice de confianza al consumidor, tenemos que las expectativas del consumidor están en menos 11,5% frente 2,6% del año pasado y el índice de condiciones económicas está en menos 19,9%, frente a 3,3% del año anterior. 

Es decir, los colombianos sienten que las condiciones económicas del país son graves y tienden a empeorar, y no ven con buenos ojos lo que puede venir en el futuro. Es fundamental retomar aquí las declaraciones de Guillermo Botero, Presidente de FENALCO, quien ha insistio en estos micrófonos que el gobierno no ha logrado generar un escenario de confianza suficiente para revertir la desaceleración de la economía. Para completar el cuadro, ayer el Ex Presidente Uribe en el foro organizado por las escuelas de Política y Derecho de la Universidad Sergio Arboleda, insistía en que el sector rural la producción se sigue viendo afectada por las extorsiones de las FARC y ahora llega la amenaza del gobierno con fuertes imposiciones en la nueva reforma tributaria. 

Como si esto fuera poco, las nuevas generaciones tendrán que asumir una deuda pensional que no se ha logrado abordar con responsabilidad. El gobierno prefiere hacerse el de la vista gorda y lo que busca es torcerle el cuello a la Constitución y la ley para poder hacer uso de los 42 billones del FONPET, Fondo de Pensiones de Entidades Territoriales, en la financiación de sus obras 4 G. En su editorial, la Revista Dinero insiste en que la reforma tributaria estructural de verdad y la reforma pensional son las tareas pendientes que más apremian. 

El gobierno ha decidido jugarse todo en el Plebiscito, y ese todo incluye el futuro de los colombianos, la estabilidad política, el orden y por supuesto las buenas costumbres, que ya exige retirar de todo manual de convivencia. Las cosas no podrían ir mejor. Prosperidad para todos.