Por: Thania Vega de Plazas
Los colombianos no podemos ser indiferentes ante los difíciles momentos de la Patria que está en manos del terrorismo de las FARC, en virtud del mal acuerdo que firmó el presidente Santos con ellos, donde la clausula mayor obliga al Ejecutivo a entregar cada centímetro de patria a los terroristas.
Las preocupaciones deben ser mayores cada semana, cada día, cuando vemos como se les otorga más y más beneficios en detrimento de los millones de colombianos que no conciben un proceso de impunidad con la guerrilla, mientras niños mueren de hambre, jóvenes están sin empleo y los impuestos son los más absurdos, para cumplirle a las FARC.
La guerrilla pasó de ser un grupo terrorista con cientos de miles de muertos a sus espaldas, a posar de estadistas, artistas y literatos, como lo pudimos ver con su participación en la Feria del Libro de Bogotá.
El presidente Santos cuando recibía el premio Nobel de Paz, aseguraba que el “conflicto” en Colombia se había acabado, que la paz había llegado para toda la nación; una mentira sin igual no se produce todos los días.
Pues las FARC desde sus campamentos, zonas veredales o pueblitos de paz, mantiene su actividad de narcotráfico y extorsión a los habitantes de las zonas donde se establecieron y fundaron 26 nuevos municipios con la anuencia del gobierno al que poco importa la paz y soberanía.
Lo único cierto es que la paz de la que tanto habla éste gobierno solo se ve reflejada al interior de las FARC que pueden estar tranquilos, con sendos esquemas de seguridad de la UNP, y con el compromiso de que las Fuerzas del Orden nada harán para dañar tan “importante” compromiso con los terroristas.
En mi anterior columna, entregaba a ustedes un balance de las 6 leyes y Actos Legislativos de implementación de los acuerdos con las FARC, donde está: Ley de amnistía; reintegración a la vida política para la guerrilla; Jurisdicción Especial para la Paz; blindaje jurídico para el acuerdo; participación de voceros de la guerrilla en el Congreso y el estatuto de oposición que otorga más garantías para que las FARC puedan acceder a todos los niveles del poder político en Colombia.
A todo esto que he mencionado, debemos sumar las decenas de decretos legislativos, de los que poco conocemos, que han sido expedidos por el presidente Juan Manuel Santos en uso de sus facultades extraordinarias para legislar. Pero todo eso que enumero no es suficiente, ni lo es todo para las FARC que ordena y señala lo que quiere.
Recientemente alias Pastor Alape, quien está condenado por rebelión, homicidio agravado, secuestro extorsivo, desaparición forzada, terrorismo y concierto para delinquir, dijo a los medios de comunicación nacionales, que hasta el momento solo se ha implementado el 12.7% de los acuerdos.
Según el terrorista solo 18 de 242 actividades en el marco de la implementación han sido ejecutadas, 62 están en ejecución, 49 por iniciar y 113 atrasadas. Como quien dice que a pesar de todas las cosas que se le ha entregado a las FARC, nada de eso es suficiente y vienen por más.
Ahora mismo tiene listo el gobierno con la orden de las FARC, el proyecto de Reforma Agraria que servirá para entregar millones de hectáreas a la guerrilla y sus amigos, despojando a los productores del campo de ese motor de la producción nacional, en otras palabras, ya viene la temida expropiación.
Muchos dirán que eso no pasará y que no estamos como en Venezuela; yo les digo que sí, ya estamos en medio de una dictadura y que vamos un paso delante de lo que ocurre en el país vecino. Las cosas no pueden ir peor y lo que llegará con el paso de los días será lamentable. Y la noche que llega.
Nota: Sentiremos el vacío por la pérdida de nuestro más ilustre general de los últimos tiempos, el señor General Harold Bedoya Pizarro, un hombre que con gran sentido patriota nos dejó un legado que servirá de ejemplo para las nuevas generaciones de militares, que verán en la vida de este eximio oficial, un ejemplo a seguir.