Por Santiago Castro Agudelo

En lo que va corrido del año el Banco de la República ha disminuído la tasa de intervención en 125 puntos básicos, pasando de 7,5% a 6,25%. En su momento la gran preocupación era la inflación, pero todo parece indicar que ahora lo que tiene a los codirectores con los pelos de punta es la desaceleración de la economía. La proyección del banco es que el crecimiento económico sería de 1,8% en 2017 y muchos empresarios piden que el emisor le de una mano al mercado. La Andi y FENALCO, por ejemplo, han pedido que el banco central asuma un papel contracíclico más claro y muchos analistas sugieren que se deje de lado la preocupación por tratar de mantener la inflación en el rango meta que está entre 2 y 4%.

 Recomiendo el comentario económico del dia de ANIF que publica el diario la República y que el día de hoy hace un análisis de la regla fiscal que se aprobó mediante Ley 1743 de 2011 en Colombia. Recuerda que en Chile el anclaje fiscal permitió llegar a superávit fiscal y a tener la posibilidad de mover la línea para enfrentar momentos difíciles para la economía, manteniendo, empero, situaciones de superávit fiscal entre 1 y 0,5%. En el caso del Perú, la decisión ha sido respetar criterios duros como mantener la deuda pública bruta por debajo del 30%. Recordemos que en Colombia ya superamos el 42 %. Ya lo había dicho Richard Francis, de Fitch Ratings, cuando insistía en que la deuda pública bruta con relación al PIB en Colombia ya está muy alta.

Nada se logra y flaco favor le hace a la economía colombiana un gobierno que promueve reformas tributarias que afectan negativamente la confianza de los consumidores, de la industria y del comercio; que gasta a manos llenas lo que ya no tiene pero espera recibir en los próximos 30 años; que le apostó todo a un acuerdo rechazado en las urnas y cuyo costo en términos económicos supera con creces toda proyección. Viva la paz, abajo la economía! Prosperidad para todos!