Queridos amigos, en estos momentos culminantes de la vida humana, porque lo son, la vida va a cambiar necesariamente, esta es la culminación de un proceso vital que llega a un punto en que nuestra concepción del mundo, como dicen los filósofos alemanes, tiene que cambiar. Este mundo va a ser distinto de aquí en adelante, que nos va a costar probablemente la vida. Probablemente si nos tenemos que enfrentar a esa realidad, la única que tenemos segura desde que nacemos es que un día vamos a morir y probablemente muramos víctimas del coronavirus o quién sabe qué otra cosa después, pero las reflexiones tienen que venir ¿Vale la pena nuestra vida? ¿Vale la pena? Claro que sí, y mucho, en la medida en que tengamos a Dios presente en ella. Esto no es misticismo, estamos tan lejos de ser místicos. Esto no es fanatismo religioso, estamos más lejos todavía del fanatismo religioso. Esto es un sentimiento real que tiene la inmensa mayoría de los colombianos. Dicen por ahí que no hay ateos, sino gente que tiene temor de creer en la existencia de Dios…