La Hora de La Verdad

UN DICTADOR LLAMADO JUANPA

por: Fernando Londoño Hoyos

No se trata de una opinión. Es un hecho. Juanpa se hizo elegir dictador por su “mesa” de paniaguados y corruptos.

La Dictadura es una figura política muy conocida que viene de la República Romana. Cuando la Patria estaba en peligro, el Senado se despojaba de sus poderes, especialmente el de hacer las leyes, y se los transfería a los Cónsules, que eran los jefes administrativos y militares. Fueron dictadores Mario y Sila, César y Pompeyo, para nombrar solo los más ilustres y conocidos. Con la Dictadura Roma enfrentó la amenaza de Yugurta, la sublevación de Espartaco, la invasión de Aníbal, la guerra contra los piratas y con la última, ya a las puertas del Imperio, a las tropas de César cuando pasaban el Rubicón.

Esa excepcional figura ha trascendido al derecho político moderno, y le permite al Congreso centralizar el poder en las manos de el Dictador, para que conduzca una guerra, o salve al país de una catástrofe natural, o enfrente una crisis pavorosa de orden económico. Por su gravedad ha de ser medida transitoria, con rendición de cuentas y bajo la amenaza de graves consecuencias para el dictador abusivo.

Pues Juanpa se hizo dictador, queridos lectores, y como todo lo suyo, haciendo trampa y destrozando el orden constitucional de la República.

A propósito de la Ley del Plan, la mayoría del Congreso, la que trabaja por la mermelada, le dio facultades extraordinarias para 29 asuntos distintos, más un poder excepcional para cambiar todas las instituciones en el campo. El país no se ha dado por enterado, porque así pasa con las cosas más decisivas, que nos pasan desapercibidas.

La Ley Agraria que saldrá de la pluma de Juanpa, si es que es suya la pluma, tiene un objeto único y clarísimo. Las FARC necesitan que les den manejo pleno sobre la tierra, para que se cumpla la historia del pos conflicto.

Ya está firmado en La Habana, que habrá expropiación de la tierra que se repute mal explotada, desde cualquier punto de vista que pueda serlo. Juanpa convendrá con sus nuevos amigos, los terroristas que tiene en Cuba tomando ron y montando en catamarán, a quiénes se les quita la tierra. Para el efecto, nada mejor que declarar latifundio todo el que tenga superficie para construir empresa agrícola a economía de escala. Las FARC quieren la tierra de los ricos, como la quisieron siempre. Y Juanpa se las ofrecerá en bandeja de plata.

Juanpa estimulará la propiedad colectiva, sin olvidar detalle para que la colectividad sea manejada por las FARC. Y por supuesto desarrollará las Zonas de Reserva Campesina, que serán los centros nerviosos de la colectivización. En esas zonas, bueno es anticiparlo, los campesinos no tendrán el estorbo de policía ni de ejército. Las FARC los suplirán, puesto que las armas que no entregan, sino que apenas dejan, servirán de maravilla a este efecto.

Ya la inversión en el campo está parada y ya empiezan a notarse los efectos en el precio de la familiar canasta. Porque nadie invierte un peso en negocio que le van a robar. El Banco de la República no se ha dado cuenta, ni el DANE tampoco, porque esa es la gracia: que el golpe avise.

Juanpa quedó en sus manos con facultades para cumplirle a las FARC y para destruir la propiedad privada en Colombia. El ejemplo venezolano es perfecto. Y el cubano también. Paz en medio de la miseria, es la receta de todos los socialismos.

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