Por: Roberto Mora

Ayer anunciábamos que una mujer, Theresa May o Andrea Leadstrom sería Primera Ministra del Reino Unido, decisión que debían tomar las bases del partido antes del 9 de septiembre. Pero el retiro de la segunda en contienda hizo innecesaria la votación, así que la Señora Theresa May asumirá el cargo  mañana en la noche. David Cameron había anunciado que renunciaría en Septiembre, pero el Reino Unido no resiste la incertidumbre política luego del Brexit.

May, de 59 años, es Ministra del Interior, cargo que ostenta desde 2010 cuando el partido Conservador ganó las elecciones, lo que la convierte en la funcionaria con el periodo más largo en esa cartera en 50 años. Ha sido caracterizada como una persona seria, trabajadora y ajena a las intrigas y traiciones tan comunes en su partido. A diferencia de David Cameron, May no frecuenta los estudios de televisión ni se va de copas a los bares del parlamento. No produce emoción entre los votantes, pero quizás sea el tipo de liderazgo que se necesita en tiempos de incertidumbre.

Como David Cameron y el ex alcalde Boris Johnson, asistió a la Universidad de Oxford, pero a diferencia de ellos, que provenían del prestigioso y elitista Eton College, May estudió la mayor parte de su vida en instituciones públicas. Se graduó como geógrafa en 1977 y  se vinculó al Banco de Inglaterra hasta 1983. Se desempeñó luego como asesora financiera hasta 1997 cuando consiguió un escaño en el parlamento. Su carrera política comenzó como concejal de Londres en el periodo 1986-1994.

May acompañó, aunque tímidamente, al PM Cameron en su campaña contra el Brexit, y ayer declaró que la decisión ha sido tomada y que lo que importa ahora es hacer que sea exitosa. Su plan es crear un Ministerio que maneje las negociaciones, prepararse para estas durante el resto del año, e invocar el artículo 50 del tratado de Lisboa el año entrante. Otras prioridades de su mandato incluyen mantener la unión del Reino Unido y trabajar para que el sistema beneficie a todos y no exclusivamente a las élites.

Como Ministra del Interior ha intentado, sin éxito, reducir el flujo de inmigrantes de fuera de la Unión Europea a 100.000 al año, como había prometido Cameron. Pero la cifra de inmigrantes en 2015 alcanzó los 330.000.  Ahora le espera el mayor de los retos de política exterior que haya enfrentado el Reino Unido quizás desde la Segunda Guerra Mundial: abandonar la Unión Europea sin perder el acceso a ese mercado, ampliar las relaciones comerciales con el resto del mundo, y evitar el desmembramiento del Reino Unido.  Parafraseando la famosa frase Británica, Dios salve a la Reina, nosotros exclamaríamos: Dios salve a la Primera Ministra.