Se aviva la crisis de las economías emergentes. A las turbulencias generadas en los últimos meses por una Rusia en profunda recesión y desde hace semanas por la debilidad de China se suma ahora la constatación de que Brasil no levanta cabeza.
En este clima de incertidumbre creciente, la gran potencia iberoamericana ha perdido la confianza de los inversores. Standard & Poor’s rebajó ayer un peldaño la nota de la deuda soberana de Brasil, dejándola en lo que se conoce como grado especulativo o «bono basura».
Esta es la primera de las principales calificadoras de riesgo que le quita el certificado de buen pagador a Brasil, la mayor economía latinoamericana, que había logrado esa preciada distinción en 2008.
Brasil está sacudido además por un enorme escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, con decenas de políticos investigados, tensiones entre el gobierno y el Congreso y un desplome de los índices de aprobación de Rousseff a un dígito.