El portavoz de ONU Farhan Haq, dijo que los inspectores estaban satisfechos con las reuniones y planean hacer otra visita al sitio de ataque el martes.
Los inspectores de Naciones Unidas (ONU) pasaron varias horas en el barrio de Moadamiyeh, en el suroeste de Damásco, este lunes donde, antes de regresar a su hotel en la capital, tomaron muestras de sangre de las víctimas del presunto ataque con armas químicas por parte del ejército sirio la semana pasada.
El suburbio de Moadamiyeh, donde presuntamente se produjeron los ataques con armas químicas que está siendo ibnvestigado, está bajo control de los rebeldes.
El equipo de ONU se reunió con los médicos y sobrevivientes de los ataques en un hospital improvisado y tomó muestras para su análisis.
El portavoz de ONU Farhan Haq, dijo que los inspectores estaban satisfechos con las reuniones y planean hacer otra visita al sitio de ataque el martes 27 de agosto.
La televisión estatal informó este lunes que las tropas escoltaron a los inspectores en la visita. Los activistas de la oposición siria también confirmaron la presencia del equipo de la ONU en un hospital improvisado en Moadamiyeh. Los rebeldes y el gobierno sirio han culpado mutuamente por la muerte de cientos de civiles la semana pasada.
POCAS DUDAS
Estados Unidos hizo saber que la investigación llega demasiado tarde, cuando “hay pocas dudas” de que los ataques se hayan llevado a cabo.
En un comunicado, el vocero del secretario general Ban Ki-Moon dijo que el régimen de Bashar Asad prometió la “cooperación necesaria” para llevar a cabo la investigación.
No obstante, el equipo de la ONU se vio atacado por el fuego de francotiradores durante su camino al sitio de los ataques y tuvo que regresar. Horas más tarde pudieron continuar la investigación.
Un funcionario del gobierno del presidente Barack Obama desestimó las concesiones sirias asegurando que “a estas alturas… otorgar permiso al equipo de la ONU es demasiado tarde para ser creíble, debido a que la evidencia disponible ha sido corrompida significativamente como resultado de los persistentes bombardeos y otras acciones intencionales en los pasados cinco días”.
El gobierno estadounidense todavía analiza la situación “para tomar una decisión informada” sobre la respuesta al ataque, pero mientras tanto ha desplegado otro destructor en el Mediterráneo Oriental, elevando a cuatro los buques de guerra capaces de disparar misiles de crucero contra objetivos terrestres.
Los senadores John McCain y Lindsey Graham emitieron un comunicado conjunto pidiendo “acciones militares limitadas en Siria que puedan cambiar el balance de poder en el terreno y crear condiciones para un fin negociado al conflicto y poder terminar con el régimen de Assad”.
Gran Bretaña y Francia también apoyan acciones militares. El secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, William Hague, dijo que “El Reino Unido, EEUU y muchos otros países como Francia tenemos claro que no podemos permitir la idea de que en el siglo XXI los armamentos químicos puedan utilizarse con impunidad”.
Hague también dijo que sería posible responder al ataque de armas químicas en Siria sin contar con el respaldo unánime del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Rusia y China probablemente se opondrían a una respuesta militar.