Por: D´mar Córdoba Salamanca
Cuando faltan solo tres meses para que Juan Manuel Santos deje la Casa de Nariño después de un desastroso gobierno, donde dedicó todo su esfuerzo en ocho años a complacer y convertir a las FARC en movimiento político, (cosa que nunca logró) porque a guerrilla siguió en armas; se va dejando un enorme legado de corrupción y trampa de la que vamos conociendo a cuenta gotas.
La última semana fue particularmente difícil para el presidente Santos que vio como su exgerente de campaña en 2014 para la reelección, terminó preso por orden de un juez que lo envió a la cárcel Modelo de Bogotá, luego de 180 días de seguimiento a sus actividades y conversaciones telefónicas, donde Prieto iba desapareciendo las pruebas en su contra.
Prieto pasó de ser el hombre clave en las campañas de Juan Manuel Santos a la presidencia, a ser el principal contratista del mismo Santos que le entregó los contratos que usted se pueda imaginar querido lector.
Aunque Santos lo ha negado todo respecto del ingreso de dineros de la multinacional Odebrecht a sus campañas, Prieto es la clave para encontrar la verdad del dinero que llegó en 2014 y que sirvió para su dudosa reelección, donde con trampas y artimañas le “robo” la elección a Óscar Iván Zuluaga, quien fue víctima de montajes desde la Casa de Nariño.
Desde que se inició todo el proceso en contra de Roberto Prieto, éste ha manifestado que en la Casa de Nariño lo tienen aislado como si fuera un “leproso” (sic), al punto que no pudo hablar de su situación con varios altos funcionarios o la primera dama “Tutina” de Santos.
Pero las cosas en contra de Santos no terminan con el episodio de Prieto, su amigo, su confidente y su gerente de campaña; sino que se abre paso otro escándalo con las recientes revelaciones del exsenador del partido de la U, Musa Besaile.
Besaile exsenador del partido del presidente Santos, en sus declaraciones ante la Corte Suprema de Justicia reveló otro enorme escándalo que no fue tomado con la importancia que tiene por la opinión pública nacional.
Musa Besaile, el gran elector de Juan Manuel Santos, que en 2014 logró 145.402 votos, empezó a colaborar con la justicia buscando un principio de oportunidad y dijo que tenía lo que llamó “la ruta de la mermelada” donde explicaba cómo el gobierno del presidente Santos repartió el dinero del presupuesto general de la nación entre los congresistas en el periodo 2010-2014.
Este exsenador que hoy se encuentra preso por el llamado cartel de la Toga donde pagaban enormes sumas de dinero a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia a cambio de sentencias favorables, con nombre propio mencionó a los funcionarios del alto gobierno que repartieron la plata.
Musa dijo a la Corte que el dinero que llegaba finalmente al bolsillo de algunos congresistas, se pagaba con instituciones que eran entregadas a dedo de acuerdo con la votación del congresista.
Fue así como la llamada “mermelada” se repartió desde los Ministerios de Hacienda, Minas y del Interior, reporta Caracol Radio que hizo noticia con esta información.
Pero las cosas más “extrañas” ocurrieron después de estas afirmaciones que son indicio en contra de más de uno de los enmermelados. Solo fue que Musa hablara y de inmediato la Corte Suprema de Justicia dijo que suspendía la colaboración con éste excongresista porque se había filtrado lo que dijo en diligencia privada. ¿A quién favorece el silencio de Besaile?
Por otra parte solo fue que se le diera captura a Roberto Prieto para que en la Comisión de Acusaciones el representante a la Cámara por el partido de la U, Nicolás Guerrero pidiera el archivo del proceso en contra de Juan Manuel Santos por el caso Odebrecht.
Estoy segura que no se trata de meras coincidencias, sino de jugadas para tapar con un dedo la verdad sobre la corrupción en el gobierno Santos, desde donde se hicieron fiestas con la plata de los colombianos.
FIN
