WASHINGTON – El presidente estadounidense Barack Obama continuó el fin de semana con su ofensiva mediática y política buscando aprobación para utilizar la fuerza con el fin de proteger a la población siria de un nuevo ataque con armas químicas por parte del régimen del mandatario Bashar al – Assad. La Casa Blanca afirmó que el sentido común indica que el ataque que dejó 1.500 personas muertas fue perpetrado por el régimen con el letal gas sarín, aunque agregó que no se cuenta con evidencia absoluta que así lo determine. Por su parte, al – Assad negó ayer una vez más haber estado detrás de la autoría de tal ataque, mientras que el Secretario de Estado John Kerry afirmó que Arabia Saudita apoyaría el posible bombardeo sobre Damasco.