En ocasión del Congreso del Centro Democrático en la ciudad de Bogotá, hace ya de esto algún tiempo, y con la dirección del presidente Álvaro Uribe Vélez, en la primera presentación de los candidatos que el Centro Democrático tenía por entonces hacer su representante en la campaña para la Presidencia de la República, dijimos que el acuerdo con las FARC no valía ni el papel donde estaba escrito, que eso había que volverlo trizas para volver a la realidad porque ese acuerdo con las FARC era un acuerdo maldito que no producía ninguna ventaja, y que por el contrario estaba lleno de contradicciones, de miserias, de exageraciones, de equivocaciones, y que esas 310 páginas habían que olvidarlas. Se nos vino el mundo encima, incluso amigos y dirigentes del Centro Democrático nos tacharon como exagerados y nos dijeron, en últimas, que ese acuerdo sí tenía cosas evidentemente malas, pero que había otras que con simples retoques, o pequeños cambios, quedaría en un acuerdo manejable y que además significaría la paz de Colombia. Para verdades, el tiempo…