Queridos amigos, la jornada de ayer fue una jornada clave en la política norteamericana que deja muchas lecciones. La primera de ellas es que no hubo tal ola azul que esperaban los promotores furibundos de la campaña anti Trump, con todos los cargos legítimos que se le puedan hacer al Gobierno y al estilo personal del presidente Trump de gobernar, lo cierto es que no hubo la tal oleada azul. Lejos, muy lejos de ella, se confirmó una tendencia en la política norteamericana que es casi una costumbre, y como costumbre casi obligatoria, y es que en estas elecciones de medio término se la un golpe al Presidente de turno para que corrija sus puntos de vista, para que mejore y para que responda por expectativas que probablemente se quedaron un poco atrasadas, o se quedaron adelantadas esas expectativas con respecto a la realidad que enfrenta el electorado norteamericano…