No es el de la U

Por Fernando Londoño Hoyos

El de la U es un curioso partido que se quedó sin jefes, sin doctrina y sin adeptos. Descontado todo eso no hay partido. ¿De que y cómo vive entonces el de la U?

El Partido del que hablamos fue fundado en honor de Uribe, para seguir políticamente a Uribe y para librar en su nombre las batallas electorales.

Como Uribe era Presidente, se acordó llamarlo de Unidad, para que no fuera tan visible su procedencia y su destino.

A nombre del Partido de la U fueron electos numerosos parlamentarios, que a la sombra del árbol que tan buen cobijo ofrecía ganaron batallas y llegaron al Congreso. A nadie se le ocurría que los votos depositados por Senadores, Representantes, Diputados y Concejales que se presentaban bajo la enseña de la U no fueran uribistas.

Llegó la campaña de Juan Manuel Santos, derrotada como fuera en la Corte Constitucional la segunda reelección de Uribe y ahí estaba, disponible y exitoso, el Partido de la U.

Recordaremos que en aquella campaña hubo un momento en el que los consejeros de Santos resolvieron promover su nombre y su figura, dejando a un lado su origen uribista. Y fue el desastre. Las encuestas se vinieron al suelo y la derrota santista se presagiaba catastrófica.

No hubo más remedio que olvidarse de Santos y volver a Uribe. Y ese viraje permitió la elección del actual Presidente, no por sus merecimientos, ni por su imagen, ni por sus atractivos. El pueblo eligió a Santos, porque venía de Uribe.

Esa pequeña circunstancia la olvidó el doctor Santos desde la ceremonia de posesión el 7 de agosto de 2.010. En su discurso dejó claro, después de varias zalamerías protocolarias en homenaje a quien todo le debía, que tomaría rumbo contradictorio al que se había comprometido en la campaña.

Quedaba el Partido, que seguía llevando la letra que certificaba su linaje.  Pero los traidores no se paran en pelos. Santos se declaró Liberal, como no pierde ocasión de repetirlo, pero sigue usando el distintivo que cree  le dará votos y curules en las elecciones próximas. Los congresistas de la U, de su lado, solo miran que el Presidente les reparta mermelada. Con dinero del Tesoro, que es de todos los colombianos y con contratos de la Nación, la U sigue su marcha………..hacia el abismo.

¿Qué piensa la U como Partido? Nada. ¿ Qué posición ante la vida tiene el partido y tienen sus miembros? Ninguna. ¿Cómo sobrevive un Partido que no tiene cosa alguna, que no representa nada, que no aspira a nada? Es lo que conviene examinar.

La U no tiene sino una posibilidad de éxito. La de que fructifique el engaño que trama. Pretende que muchos colombianos voten por el partido, creyendo que votan por el de Uribe. Y no habrá marrulla que no se permita, ni bellaquería que no intente, no trapisonda que le quede lejos con tal de conseguir resultados en su farsa.

Nadie va a votar por Roy Barreras, ni por Armando Benedetti, ni por el desprestigiado General Padilla. Pero calculan que serán muchos los que voten por ellos creyendo que la U significa Uribe.

Hay tres meses para que todos los colombianos sepan que el partido de Uribe es el que encabeza Uribe y que el de la U es el de las treinta monedas de esta repugnante pantomima. Desmontado el tinglado de esa farsa, el 9 de marzo Colombia dejará saber que no respeta ni ama a los traidores.

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