Nada hay nuevo bajo el sol. Estas palabras contundentes vienen nada menos que de la Biblia, pues nada hay nuevo bajo el sol, ni siquiera la idea de perdonar a los bandidos, de rehabilitarlos, de entregarles parte del país para buscar la paz. En Colombia lo intentó en 1958 un hombre de las calidades eximias, extraordinarias de Alberto Lleras Camargo; llamó a los bandoleros de entonces para que hicieran la paz…