Ante acontecimientos como el de ayer corresponde ser muy preciso en los juicios que se emitan y ser muy cuidadoso en el alcance que ellos pueden tener, pero independientemente de que les haya ido mucho peor en el Ecuador y mucho muchísimo peor en Chile, lo de ayer tuvo una gravedad extraordinaria considerado en sí mismo. Esto no tenía antecedentes, tal vez desde el 9 de abril de 1948 no haya habido una cosa parecida en tantos lugares del país, y con unas características tan conflictivas, tan complicadas, tan peligrosas para el porvenir de la Nación…