No hay que ser, ni más faltaba, profetas de desastres, ni hay que ser personas que buscan que cunda el pánico en el alma nacional, al contrario, lo que queremos es levantar el espíritu pero a partir de la comprensión real de los problemas del momento en el país. Estamos viviendo horas muy amargas y muy peligrosas, esa es la verdad. La situación en el Catatumbo es terrible, lo que está pasando en Arauca, en Chocó, en el sur del país, en Nariño, es inenarrable. Ahora vienen las declaraciones de paro de estos grupos armados que tienen un denominador común: son grupos narcoterroristas. El nombre del juego es cocaína y es para defender la cocaína y para propagarla, y es para que el país quede dominado por estos grupos terroristas que desde luego aprovechan los comunistas y aprovechan los de izquierda, como lo han hecho siempre, aprovechar el caos para imponer su régimen, por eso no hay coincidencias. Aquí el ELN declara para armado en todo el país, pero especialmente allá donde mejor domina, en Arauca, en el Chocó, en toda la costa caucana, salvo en el Cauca, donde el paro armado corre por cuenta de las FARC (…).Seguimos aguardando la palabra que nos salve, pero sobre todo los hechos que nos rescaten de este abismo, el abismo en que hemos caído por lo ilícito, por los bandidos armados, llenos de recursos y llenos de dinero gracias al narcotráfico y gracias a la minería ilegal. El enemigo, está claro, está a la vista, solo hay que atacarlo y hay que derrotarlo, y para eso se necesita esa cosa tan extraña que llaman algunos la voluntad política.