Tenemos que hablar con plena responsabilidad, pero con total franqueza. Aquí no caben las medias tintas, ni caben las posiciones acomodaticias, ni caben las soluciones transitorias que los que hacen es empeorar una situación ya prácticamente insostenible. Estamos lejos de llegar al punto más alto de nuestra crisis por el coronavirus. Lo que tenemos hasta ahora son los primeros escarceos, en las primeras noticias de cerca de 800 o 900 contagiados en Colombia, lo que significa muy poco con respecto a la población del país (…). Esto está por llegar; si no estuviera por llegar, ¿creen ustedes que si hubieran montado las tiendas de campaña en el Hospital Militar, que se hubieran montado lo que se montó en Corferias para dedicar varios de sus pabellones a la atención de pacientes que no necesiten cuidados intensivos y que puedan ser tratados, al menos transitoriamente, en esta crisis pavorosa que se nos viene encima? No, digámoslo con toda franqueza. Hay que ser optimistas, claro que hay que ser optimistas, pero lo peor está por llegar. Mentirnos en ese sentido es un ejercicio completamente inútil y torpe. No hay para que pensar que al final de la cuarentena que decretó el presidente Duque, en muy buen momento y lo hizo a plena conciencia, que al final de ese procedimiento, digamos, “ya estamos, ya dejamos superada la crisis”…