Por: Santiago Castro

EL Congreso Nacional del Partido Liberal fue suspendido por decisión de un Magistrado del Tribunal Superior de Cundinamarca, quien falla dentro del marco de un proceso contencioso que honestamente nadie entiende. La decisión al parecer se tomó a eso de las 4:00 pm del pasado viernes, dejando a los liberales viendo un chispero, pero escuchando al Presidente Santos lanzar duras críticas contra el gobierno de Álvaro Uribe, de quien fue escudero, coordinador de bancada en el Congreso y Ministro de Defensa. Es decir, el Presidente Santos se dirigió a un Congreso que no estaba sesionando, por lo cual se trataba de un acto político por fuera de los estatutos y así entonces un evento estrictamente político-electoral, pues se anunciaron candidaturas presidenciales y estrategias del partido. Digan lo que digan, el Presidente Santos participó activamente en política, cosa a la que ya estamos acostumbrados los colombianos. Llama la atención que en pleno encuentro liberal no haya posesionado a ningún ministro o alto funcionario, pues se le ha vuelto costumbre hacerlo donde quiera que va.

EL turno después fue para Horacio Serpa y Cesar Gaviria y ya es claro que las facciones gavirista y Samperista siguen en su lucha eterna por el control del aparato del partido. Comparten una nostalgia común por no estar en el poder y no contar con los socios generosos que otrora financiaran las campañas presidenciales.

De manera que lo que hubo el fin de semana en lo que sea que haya sido ese encuentro de liberales, fue una pelea contra todo el mundo. Una muestra más de que en Colombia no hay partidos políticos que merezcan llamarse tales y que lo que hay son unos conjuntos de facciones y fracciones que se pelean por lo que va quedando de la mermelada que repartió el gobierno Santos y que tiene a Colombia donde nos tiene.