Hay una obra capital en la novela francesa que es la de Marcel Proust, que se llama en francés “À la recherche du temps perdu”, y en español diríamos “A la búsqueda del tiempo perdido”. Eso coincide con un viejísimo pensamiento chino que dice que las cosas que nunca vuelven son el agua derramada del cántaro roto, la flecha disparada el viento y la oportunidad perdida. El tiempo que se pierde, ese no vuelve más, no vuelve más… Y estás reflexiones sirven para que a estas horas nos preguntemos qué pasó en estos últimos años…