Como tenemos cierta experiencia en estos asuntos de investigación criminal, porque la estudiamos apasionadamente siguiendo las huellas de unos de los mejores abogados penalistas de este país, nuestro padre, Fernando Londoño Londoño. Vimos desde el comienzo que los temas referentes a Odebrecht, al Sr. Pizano, a su muerte y la muerte trágica también de su hijo, tenía connotaciones de una novela policiaca. Aquí dijimos que había que llamar al inspector Poirot, al inspector Maigret o a Sherlock Holmes a ver cómo podían resolver este embrollo porque el asunto iba para muy lejos y para ser uno de los más apasionantes, pero también para ser uno de los más dolorosos, trágicos de la realidad colombiana…