La economía ad portas de la recesión

Por: Santiago Castro

Los últimos indicadores económicos que tenemos son más graves de lo que alguna vez pudimos haber imaginado. Amanecemos recordando el anuncio de una inflación del 8,2% cerrando mayo del año en curso, aunque en alimentos ronda el 13%; un pronóstico de crecimiento económico inferior al 2,5% y medidas que asume el Banco de la República subiendo tasas e interviniendo el mercado para tratar de afectar el dólar. Mientras tanto, el gasto público sigue disparado, el empleo público no para de crecer, como lo hemos dicho en reiteradas ocasiones aquí en La Hora de la Verdad, y el gobierno sigue anunciando nuevas inversiones para tratar de levantar los múltiples paros que se anuncian.

Varios académicos insisten en que el crecimiento económico de los países emergentes era insostenible, si no se tomaban las medidas necesarias. No es para menos, la sobre-expansión del estado en economías volátiles no puede conducir a nada distinto: excesivo gasto público, ahorcar al sector privado y frenar el emprendimiento y la innovación, que siempre requieren importantes inversiones para ser una realidad.

Lo dijimos aquí la semana pasada cuando informábamos sobre las pérdidas acumuladas de las empresas más importantes del país, y ahora estamos atentos al socio estratégico que está buscando AVIANCA, después de reportar pérdidas superiores a 300 mil millones de pesos. La situación en CODENSA no es clara y lo que nos falta es una caída general de las empresas de energía, que no lograron mantener su presencia en los mercados vecinos.

Lo más grave, pues afecta a la mayoría de las gentes en Colombia, como acabamos de decir, es que los precios de los alimentos siguen subiendo. Si bien algunos anuncian que superado el fenómeno del Niño las cosas puden mejorar, no podemos olvidar que este país amanece con anuncios de paro todas las semanas y que ya se asoma el fenómeno de la Niña. Tampoco podemos olvidar que el sector petrolero está pidiendo a gritos orden, nada más, que las comunidades respeten los acuerdos y que paren las amenazas, pues ello frena la inversión y hoy más que nunca es urgente lograr nuevos recursos para sísmica y exploración.

El gobierno no puede seguir gastando al debe y tiene que evitar ahogar con más impuestos a las empresas, cada día menos, que logran mantener márgenes importantes, primer paso para nuevas inversiones. El salario mínimo sube menos que la inflación y estamos ad portas de enfrentar un escenario donde el consumo se contrae. Digan lo que digan, tapen lo que tapen, Colombia parece acelerar en el tránsito hacia una recesión. 

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