La guerra franco-prusiana (en alemán: Deutsch-Französischer Krieg, en francés: Guerre franco-Allemande, fue un conflicto bélico que se libró entre el 19 de julio de 1870 al 10 de mayo de 1871 entre el Segundo Imperio francés (y después de la caída del régimen, por la tercera República francesa) y el Reino de Prusia, con el apoyo de la Confederación de Alemania del Norte y los reinos aliados de Baden, Baviera y Württemberg. El conflicto marcó el estallido de la tensión entre las dos potencias, que se acrecentó tras el fracaso del proyecto de Napoleón III de anexar Luxemburgo, un evento que causó el final de una relación relativamente equilibrada con la Prusia de Otto von Bismarck. La tensión se hizo mayor debido a la creciente influencia, no tolerada por Francia, ejercida por los Estados alemanes en el sur del río Meno, y la dirección de Prusia ejercida dentro de la Confederación Alemana del Norte (estado creado en 1867 tras la victoria de Prusia en la guerra austro-prusiana).