WASHINGTON – Gran revuelo en los Estados Unidos generó la bajísima asistencia que hubo al primer rally político de la campaña de reelección del presidente Donald Trump, llevado a cabo en la ciudad de Tulsa, Oklahoma, el pasado sábado. En efecto, Trump y los directivos de su campaña habían alardeado en redes que más de un millón de personas se habían inscrito para el evento, ante lo cual erigieron un escenario al aire libre para que el mandatario pudiese hablarle a las personas que se quedaron sin entrar. Sin embargo, muchas de las 19 mil sillas disponibles al interior del evento quedaron desocupadas, y posteriormente se reveló que adolescentes seguidores de K-Pop en los Estados Unidos, orquestaron un reto masivo de adquirir tiquetes y no asistir con el fin de asegurar que se mantuviera vacío el lugar.