PEKÍN – Fuertes protestas se presentaron ayer en la fábrica más grande del mundo de iPhones en China, con autoridades en vestidos hazmat intentando contener a los manifestantes, quienes alegaban condiciones laborales, algunas desmentidas posteriormente por Apple. El hecho se dio en medio de restricciones adicionales impuestas por las autoridades del país buscando contener un nuevo brote de covid-19 en medio de su política de Cero Covid, que es cuestionada por muchos que buscan ya la reapertura plena de su economía.