“América para los americanos”, dijo el presidente Monroe a comienzos del siglo XX, es decir, hace un siglo. Eso lo que hacía era subrayar el carácter insular, autárquico de un país gigantesco, enorme, que se bastaba a sí mismo y quería vivir su propia vida, presenciando lo que pasaba en el resto del mundo como una curiosidad cultural si se quiere, pero no como una necesidad biológica práctica de ninguna manera. El tiempo derrotó ese querer de Monroe; tuvo que participar nada menos que en dos guerras mundiales, y ese mismo país fue el que tuvo que salvar a Europa, como lo salvó a través del Plan Marshall, sin en el Plan Marshall Europa no hubiera sido posible. Es el plan más importante que en una altura de naturaleza económica se haya hecho en el mundo conocido el Plan Marshall. Pues cada vez más la situación de los Estados Unidos se ha comprometido al resto del mundo, pero a la inversa también. La situación del resto del mundo ha influido en los Estados Unidos, no solamente porque los Estados Unidos son un país de emigrantes, que esa es una realidad que mal harían en tratar de soslayar quienes sean partidarios de la “América para los americanos” (…) ¿A qué viene todo esto, queridos amigos?, a que hoy estamos esperando, y el mundo está pendiente en medio de muchas otras circunstancias (…), del discurso de Donald Trump, y no por curiosidad, no porque sea el único Presidente en la historia en la pasada y futura, esto no se volverá a repetir que esté a un día de que el Senado declare si lo destituye o si lo mantiene como Presidente…