BRASILIA – El ex presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, fue condenado ayer a casi 10 años de prisión por lavado de activos y corrupción. La decisión fue adoptada en medio de una gigantesca investigación masiva por corrupción de la clase política y empresarial del país que también le costó su cargo a la presidenta laborista, Dilma Roussef.