Queridos amigos estamos recordando, a propósito de las vicisitudes por las que está pasando la opinión pública nacional, las muy viejas ya palabras de José Ortega y Gasset dirigidas con angustia a los españoles antes de la Guerra Civil que acabó de devastar ese país: “Españoles, españoles, a las cosas”, gritaba Ortega, a las cosas. Tanta discusión inútil, tonta abstracción majadera, tantos conceptos equivocados sobre cosas que no vienen al caso, nos hace recordar lo que se llama en términos generales, el Bizantinismo. Los bizantinos se dedicaron a unas discusiones teológicas, las más apasionantes del mundo, como por ejemplo para determinar si los ángeles tenían sexo (…). El Bizantinismo ha sido siempre parte de nuestra herencia, y ahora es una parte muy preocupante de ella. Y ahora estamos dedicados a los temas más bizantinos…