Decimos en nuestro artículo de hoy en Las Dos Orillas, que ya está a su disposición, que esa no es la guerra. El presidente Trump, cuyo talante, cuya manera de ser conocemos suficientemente los habitantes de este planeta, le dijo al presidente Duque que era un buen muchacho, pero que no había hecho nada por los EE.UU porque cada vez llegaban allá mayores cantidades de cocaína y que eso no lo iba a tolerar. Pensamos que vendría una reacción pausada, seria, profunda, y en su lugar encontramos una actitud virulenta, incomprensible, en un hombre del talante pausado y tranquilo del presidente Duque. Se salió de casillas o lo sacaron de casillas, hay que pensar siempre en el grupo de los asesores, de los validos, de los que están todo el día hablándole al oído al Presidente de la República y que lo llevaron a este exabrupto, contestar de muy mala manera y decirle al presidente Trump, más o menos, que la culpa la tiene Colombia igualmente que la tiene EE.UU que son los que demandan cocaína para sus ansiosas narices. Eso no está bien, esa es una declaración de guerra completamente absurda…