El mundo libre recuerda con horror y con repugnancia a Hugo Chávez, tirano de Venezuela, parado en una plaza pública preguntándole a sus colaboradores inmediatos qué había en este edificio y en aquel otro, y en aquellos locales y en estos otros. Cuando le decían, gritaba ¡Expropiese! ¡Expropiese! Así son las tiranía. Así desde el comienzo de los tiempos, el que tiene poder absoluto, que corrompe absolutamente, lo utiliza de esa manera, de acuerdo a su capricho y sin regla ninguna, ese es su talante. El Estado de Derecho consiste precisamente en que el funcionario tiene que someterse a unas reglas jurídicas que son de orden superior. Pues bien, Chávez decía esto, y diciendo eso y aplicándolo, acabó con el sistema empresarial de Venezuela, y por eso la gente tiene hambre en Venezuela. Entre ese ¡Expropiese! y el hambre de los niños que se están muriendo de desnutrición (…) hay una conexión inmediata (…). Lo que tenemos que descubrir en Colombia es que hay un ¡Expropiese!, más civilino, pero no menos eficaz que ese…