Uno se pregunta quién es la persona, cuál es la autoridad en Colombia, que tiene la facultad para dejar un día sin empleo a 88.000 personas que, a la vista y en presencia de un estatus jurídico claro, asumieron la responsabilidad de adquirir un automóvil y dedicarlo a prestar servicios basados en una plataforma tecnológica de última generación, perfectamente lícita y conocida en el mundo: Uber. Pues bien, esa persona es el Superintendente de Industria, de quien habíamos hablado ya en muchas ocasiones porque ese Superintendente se caracterizó por ser persona enemiga del presidente Uribe Vélez, por tratar como una rata a Andrés Felipe Arias, y la única condición positiva que se le conoce es la de ser amigo cercano del señor presidente Iván Duque. Pero al margen de eso, que puede perderse en la anécdota y no nos queremos extraviar en ellas, es preguntarnos cómo el poder del Estado, de alguna repartición del Estado, es suficiente para dejar sin empleo a cerca de 90.000 personas…