Para empezar esta reflexión que comparto con ustedes queridos amigos, tengo que ser sincero. Siento que no me merece ningún respeto ni ninguna simpatía el que hoy es alcalde de Medellín, el señor Quintero, a quien llamamos “pinturita” por razones harto conocidas de la opinión de esa ciudad y a todo el país. No tenemos ningún respeto, no hay ninguna consideración por él, pero al margen de eso o desde esa perspectiva, hay que poner de presente lo que ha ocurrido. Este señor, en presencia de los muchos que lograron capturar las imágenes porque fue sorprendido en flagrancia como decimos los abogados o con las manos en la masa dice el vulgo, ha sido descubierto robándose la plata de la ciudad…