Por: Angela M. Henao F.

En los últimos días unas 300 rehenes secuestradas por Boko Haram han sido liberadas y trasladadas desde el bosque de Sambisa, en el noreste de Nigeria, hasta un campamento gubernamental en el estado de Adamawa, en el centro-este del país.

Según fuentes militares, en la última semana se han rescatado a 700 mujeres. Más de 200 de ellas están embarazadas y llevan en sus vientres el fruto de la tortura de sus victimarios

Las mujeres y niños liberados de manos de Boko Haram han contado testimonios de tortura, esclavitud sexual y maltrato. Incluso algunas de las secuestradas fueron lapidadas cuando sus captores descubrieron que el ejército nigeriano se acercaba.

Más allá de hacer énfasis en el horror de estos testimonios, se debe hacer un análisis más profundo, este análisis tiene que ver con el riesgo inminente que corren los cristianos en estos escenarios de radicalismo islámico

Grupos como Boko Haram y el Estado Islámico le han declarado la guerra al cristianismo, estas mujeres secuestradas y torturadas no profesaban el islam, esta caracteristica las convertía, junto con el hecho de ser mujeres, en un blanco obligado y facil para los terroristas.

Los yihadistas del Estado Islámico e islamistas radicales como el Boko Haram afirman que la persecución de cristianos es fundamental para el Islam y advierten que los cristianos deben aceptar el Islam o deben ser eliminados.

Occidente deberá actuar con más contundencia frente a estos hechos y proteger los símbolos y los miembros de la comunidad cristiana que mueren día a día por su fe, sobretodo en el norte de África.