La pateleta de Gustavo Petro alcalde de Bogotá con motivo de su destitución ha pasado hace rato los límites de los ridículo, si esto no tuviera por allá un fondo dramático es simplemente un circo, un circo de mala catadura, un circo barato de pueblo lo que ha querido montar Gustavo Petro, diciendo que lo persiguen por ser de izquierda, que lo persiguen por haber sido guerrillero, que lo persiguen por no comulgar por las posiciones religiosas, católicas del procurador general de la nación. Habrá que recordarle al doctor Petro y a tantos que la iglesia Católica ha sido un elemento esencial del orden social…