En estos mil días de conversación en la Habana, se ha seguido una pauta, se ha tenido un modelo o estas conversaciones ha tenido un objeto que desconocíamos; no sabíamos que era lo que había pasado porque la carta famosa, la de Timochencko, es apenas el sustrato o el elemento formal que da lugar a unas conversaciones que dan un antecedente desconocido, no sabíamos cuál era. Pues ahora lo hemos venido a conocer, y es que los bandidos son malos para guardar secretos…