Diálogo es una palabra prometedora y que embruja a muchos. Los diálogos han sido famosos a través de la historia de la filosofía; cómo olvidar, por ejemplo, que la gran obra platónica se desarrolla sobre la base de los diálogos (…). Ustedes han oído decir, queridos amigos, que el presidente Duque diga “yo dialogo, pero con la condición de que se levante el paro, con la condición de que puedan llegar los alimentos y el oxígeno y el combustible a las ciudades que los están reclamando con verdadera angustia, que puedan transitar los alimentos necesarios para nutrir las centrales de abasto y para que la gente siga teniendo alimentos a precios razonables” ¿El presidente Duque lo ha dicho? ¿Lo han oído decir ustedes o del secretario ese que tiene en Palacio convocando a un diálogo? (…). Lo primero, queridos amigos, es que nada garantiza que el diálogo sustituya al paro, porque si fuera así ya tendríamos una ganancia. Hay diálogo y no hay paro…