Por Fernando Londoño Hoyos.
¿Caído el telón de esta larga comedia trágica, de qué te ríes, Juan Manuel Santos, con tu bufón grotesco? (Cada reyezuelo ha tenido el bufón que merece)
¿Del mar de coca en que convertiste a Colombia?
¿De los centenares de miles de desplazados que abandonaron cuanto tenían para huir de tus socios de La Habana?
¿Del país secuestrado y extorsionado que nos queda?
¿De las niñas violadas y obligadas a abortar, muertas en vida, por obra de tus correligionarios de lo que llamas la paz?
¿De los centenares de líderes sociales asesinados cuando proponen erradicar la maldita coca que dejaste sembrar en todas partes?
¿De la Patria que fue nuestra y que hoy es de los narcotraficantes? ¿Del Catatumbo, de Tumaco y vecindades, del Pacífico Caucano y Nariñense, del Caquetá, de Arauca, de Bolívar, del Nordeste Antioqueño, de Urabá, perdidos para el ejercicio de la más elemental soberanía?
¿De los bosques que aniquilaron Timochenko y los suyos, de los ríos que tornaron en lodazales, de la fauna y la flora que mataron para prosperar en su negocio con la cocaína?
¿De la deuda externa que duplicaste en ocho años de borrachera crediticia?¿De la deuda interna que cuadruplicaste en tu Gobierno y que pagaremos con sangre, sudor y lágrimas?
¿De la bonanza petrolera que no volverá, la mayor que nunca tuvimos y que te robaste con tus cómplices y paniaguados?
¿De la tributación que pusiste sobre nuestros hombros, la del 70%, la cuarta más alta del mundo, que ahoga cualquier intento de recuperación y desarrollo?
¿Del mayor desempleo juvenil de América, tu obra, tu culpa, tu herencia?
¿Del desempleo informal, el de la mitad de la población que trabaja, el de millones de los desesperados que no saben si llevarán mañana el pan a su casa, mientras cantas reguetón y te burlas de su dolor en Palacio?
¿De los niños sin escuela o de los que son expulsados de ellas a medio día para que completen su jornada en las bandas delincuenciales o las “ollas” del micro tráfico?
¿Del campeonato mundial de consumo de drogas, el último escondite que le dejaste a millones para fugarse de su miseria?
¿De los enfermos sin socorro, porque no hay camas hospitalarias y porque clínicas y hospitales tienen una deuda acumulada de diez billones de pesos que no podrán pagar jamás?
¿De las cárceles, tugurios del abandono y la miseria, donde como en el infierno de Dante se pierde toda esperanza de volver a una vida limpia y digna? ¿Te acuerdas, reguetonero payaso, de que no tuviste tiempo para construir una sola?
¿Del crecimiento miserable de la economía, que recibiste pujante y entregaste vuelta pedazos? ¿Dela industria que no crece, de los cafeteros arruinados, de los exportadores quebrados, de los constructores que no tienen a quién venderle nada de lo que fabrican?
¿De la justicia que envileciste? ¿De las Cortes que has convertido en el potrero donde pastan las bestias adiestradas para destruir al inocente y absolver al culpable?
¿De las víctimas, todos nosotros, de la corrupción más horrorosa que jamás soportó esta Nación, ni otra de América?
¿De los niños sin comida porque tus validos se roban la plata de sus refrigerios?
¿De nuestro glorioso Ejército, que has querido convertir en una chusma moralmente arruinada, sin alma, sin misión, sin grandeza?
¿De la mermelada que nos quebró hasta los “tétanos”, como dices, cantor lamentable, para enriquecer tus consentidos y alcahuetas?
¿De la ISAGEN que regalaste a tus socios, del SENA que saqueaste, de ELECTRICARIBE que dejaste en los huesos, del FONADE que se prestaron tus enmermelados, de tus fraudes con ODEBRECHT, del Río Magdalena que dejaste peor que lo encontraste, de las elecciones en que venciste con trampa, del plebiscito que te ganó el pueblo y se lo robaste, de las carreteras que no empezaste, de los puentes que se te cayeron?
¿De los peores criminales que ha sufrido la humanidad y convertiste en miembros del Congreso, sin un día de cárcel, sin un voto?
¿De treinta millones de venezolanos que arruinaron tus “nuevos mejores amigos” , cómplices y socios de tus narcotraficantes de las FARC? Te ríes porque están cayendo sobre Colombia con su indignación, su rabia, su miseria y su odio contra sus verdugos, tu incluido?
¿De la pilatunas que hiciste secuestrando en las calles de Bogotá a Fernando Balda, para mandarlo maniatado a tu compinche Correa para que saciara sus apetitos de venganza? O aquella otra, secuestrando y mandando a Venezuela, contra todas las reglas del Derecho Internacional a un joven llamado Laurent Saleh, quien después de años sigue en un calabozo clamando justicia contra ti?
Tienes mucho de qué reír, Payaso. Ya te vas, con tu inmensa fortuna en los bolsillos y llevando a cuestas nuestro desprecio infinito. Dios tenga compasión de tu alma condenada.