Después de una contienda electoral como la el domingo pasado, donde se jugaron tantas y tan importantes cosas para el porvenir de la Nación y de las regiones, la Nación no es otra cosa que la suma de las regiones que la componen, lo menos que se puede pedir es altura de miras, es nobleza en el comportamiento, es el manejo de las dos situaciones. El que triunfa tiene que ser magnánimo, el que está derrotado tiene que ser serio en su derrota, porque uno tiene que aprender de las derrotas. Recordamos el viejo decir de Juan Ramón Jiménez: “Lo primero que en la vida me ha parecido aprender no es a ganar la partida, es a saber la perder. Y perdimos, eso nos parece a algunos, a otros les parece que ganamos, a esos otros simplemente les queremos recordar las palabras de Pirro, el Rey de Epiro, después de una victoria sobre los romanos: “con otra victoria cómo estás, quedaré perdido”. Si estás son las victorias, Dios nos libre de una parecida…