Uno tiene que saber siempre con quién se las ha de ver. Cuando hemos dicho desde hace mucho tiempo que ese acuerdo con las FARC había que volverlo trizas era porque sabíamos, entre otras, con quiénes se había suscrito, con los peores salvajes que pueblan la tierra, con hombres que no tienen palabra ¿Por qué?, qué palabra puede tener alguien que mata porque quiere matar, que secuestra porque le da la gana secuestrar, que comete las peores atrocidades que la humanidad se han cometido, ninguna. No eran de fiar esos sujetos como. Efectivamente, el tiempo lo ha demostrado (…). Pues bien, esos sujetos están en lo que que están y tienen aquí unos delegados que están nada menos que en el Congreso de la República, sin votos, contrariando todos los principios de las democracias representativas. No tienen un voto, fueron elegidos por la fuerza de las armas, es decir, por el valor y la virtud de sus crímenes. Esta es la única democracia del mundo que premia el crimen con una curul en el Congreso; pues bien, con esos sujetos no los estamos viendo…