Por: Angela M. Henao F.
En Yemen la Coalición internacional árabe ha logrado desde hace varios días recuperar ventaja estratégica con la retoma de territorios claves en el país, como el puerto de Adén, ubicado en la segunda ciudad más importante de Yemen, y el cercado distrito de Mualla.
Los éxitos Bélicos de la coalición han sido en parte gracias a la intensificación de los bombardeos en territorio yemeni.
Cabe recordar que Arabia Saudí asumió en marzo el liderazgo de la ‘Operación Tormenta Definitiva’, con la que, junto a otros nueve países de la región y con un tímido apoyo de los EE.UU, tiene como intención declarada repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico en Yemen. Esta operación solo se ha limitado a los ataques aéreos.
Pero aunque los enfrentamientos físicos son entre los rebeldes y la coalición internacional, el conflicto va mucho más allá.
El conflicto real es entre Irán y las monarquías del Golfo Pérsico, que temen que la negativa influencia de Teherán en la región se extienda. Y es que Irán busca apoderarse de las más importantes rutas de petróleo para adquirir ventaja geo-estratégica, lo que pondría en riesgo el equilibrio de poder en oriente medio.
El recrudecimiento de los bombardeos de la coalición y la ventaja sobre los rebeldes, manda un directo mensaje al mundo y en especial al primer mandatario norteamericano Barack Obama:
Si Estados Unidos e Irán están ahora en buenos términos, son los nuevos “aliados”, la coalición está dispuesta y es capaz de defender, incluso sin apoyo norteamericano, su territorio de la peligrosa amenaza expansionista Iraní.