La semana pasada el DANE dio a conocer la cifra de crecimiento en el primer trimestre. Se trata del dato más bajo desde 2009, cuando el mundo enfrentaba la gran crisis de inicios de siglo. 1,1% es sencillmante una tragedia. Lo que está pasando ahora se desprende de un gobierno que no logra conectar con los grandes problemas nacionales y mucho menos con las posibilidades del mercado internacional. El ministerio de Hacienda sigue anunciando planes y programas para rescatar la economía y los gremios ya están exigiendo que los plantemientos sean serios y lo anunciado se cumpla.
En 2013, se presentó el primer Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo, cuyo impacto no pasó de generar cierta expectativa y articular algunas políticas generales que poco o nada hicieron por la economía colombiana. Dos años después, en 2015, se anunció el nuevo PIPE ahora acompañado de un 2.0, e incluía nuevos recursos para inversión, con una participación importante del sector educación donde se construirían 31.000 aulas, de las cuales hoy no se ha inaugurado la primera. Lo mismo, la economía de capa caída y se sentaron las bases para un pobrísimo crecimiento que no llegó al 2 % en 2016.
Pues bien, en 2017, se anunció el nuevo plan Colombia Repunta, que se desprende de las múltiples presentaciones que hizo el Minsitro de Hacienda y Crédito Público el año pasado, en las que exponía las sólidas bases de la nueva economía colombiana y anunciaba, con su Marco Fiscal de Mediano Plazo, que en 2017 recuperaríamos una senda de crecimiento cercana al 3%. Todos los datos del primer trimestre contradicen al ministro y ya el Banco de la República ha tenido que expresar su preocupación por el pobre crecmiento. Moody’s sigue de cerca el asunto y pronto vendrá la calificación negativa para Colombia. La incertidumbre es general, pero Santos tranquiliza los mercados alegando que por fin el aguacate podrá ingresar a los EEUU ¿Tendrá claro que surtir el mercado más grande del mundo no se logra con la producción de empresas familiares de pancoger? Prosperidad para todos!
Por Santiago Castro.
