Carta del hijo del coronel Mejía al Presidente Santos

Bogotá, octubre 10 de 2013

Doctor

JUAN MANUEL SANTOS CALDERON

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA

Bogotá, D.C.

Distinguido señor Presidente:

Soy Hernán Alberto Mejía Rojas, nací hace quince años y mi padre no pudo llegar a mi nacimiento porque se encontraba en las selvas del Putumayo y del Caquetá al mando de un Batallón del Ejército enfrentando a los terroristas con los cuales hoy usted negocia en La Habana, lo cual no critico si finalmente encontramos la Paz de la Patria.

De mi existencia le puedo contar, que los primeros ocho años viví sin padre porque estaba en la guerra salvando a los colombianos y los últimos siete sin padre porque está preso por salvar a los colombianos.

¿Quién entiende esa desgracia?  Usted señor Presidente asesinó a mi padre y arrasó con mi vida y la mis hermanitos mellizos en una brutal rueda de prensa el 26 de enero de 2007 precisamente donde yo también estaba ese día, el Club Militar de las Mercedes en Tolemaida. Se a mi corta edad que usted maneja a su antojo los medios de comunicación de Colombia y ellos le hacen eco sin medir las terribles consecuencias de destruir el honor y la vida de inocentes y sus familias en su afán por el poder y por pasar a la historia como un hombre de paz.

Tal vez usted no preste atención a mis palabras, tal vez lleguen a la basura en la oficina de algún asesor, pero quería decirle que  un día ante sus ojos o ante los de un hijo suyo le preguntare porqué cometió semejante atrocidad contra el mejor Soldado de la Patria en mi concepto, mi padre.

Sí, señor Presidente, orgullosamente soy el hijo del Coronel Hernán Mejía Gutiérrez, y tristemente huérfano por un crimen suyo contra él, que no tiene perdón de Dios. Usted ni supo a quién calumnió y aniquiló ese día.

Usted acogió por consejo de Sergio Jaramillo las versiones de un terrorista al que mi padre combatió y capturó para mostrar la cabeza del mejor Soldado como un trofeo en su falsa lucha con la bandera por los Derechos Humanos.  Esto me lo contaron periodistas que estaban allí, no lo hizo mi padre.

Hace pocos días cuando iba camino al colegio, sus mismos periodistas me notificaron antes que a mi padre, que lo habían condenado por lo que nunca hizo pero por  disposición Presidencial.

Pido a Dios porque mi padre soporte la infamia y la humillación que lo corroe en cuerpo y alma, también le pido que a usted lo bendiga aunque yo no lo puedo perdonar.

La verdad debe brillar y su abominable crimen saldrá a la luz, dígale al país porque mató en vida a mi padre y acabó con nuestra familia.

 

HERNÁN ALBERTO MEJÍA ROJAS

El Hijo de un héroe,  no de un Villano.

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