Tras ocho años de ser el director de Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Carlos Valdés presentó su renuncia por el caso que envuelve la muerte de Enrique Pizano, testigo en el escándalo de sobornos de la multinacional brasilera Odebrecht.
El funcionario admitió que cometió un error al haber afirmado de una mancha de sangre que se encontró en la toalla de Pizano y que desde ese momento erró en el momento de nunca preguntar su origen en los laboratorios, y solamente concentrarse en los resultados forenses de si correspondía o no al señor Pizano, y si había allí o no cianuro.
Carlos Valdés también manifestó que a Colombia le entrega un instituto con una alta calidad científica, con unos peritos honestos y que la culpa es el director que cometió el error.