Por: Roberto Mora
Al comienzo de la semana hablamos de la guerra en Alepo, la mayor urbe de Siria, y otrora corazón económico de esa nación, ciudad que, como Berlín durante la guerra fría, ha estado dividida desde el 2012. Sacos de arena y trincheras marcan una línea entre el oriente, que controlan los rebeldes, y donde residen unos 300.000 civiles y el occidente, bajo control del régimen y con medio millón de civiles.
Las tropas leales al régimen de Al Assad y los rebeldes han concentrado sus efectivos en una batalla decisiva para la guerra civil que entra en su sexto año y ha cobrado unas 290.000 víctimas. La recuperación de Alepo por las fuerzas gubernamentales, cerraría una ruta vital para el apoyo logístico de las fuerzas rebeldes desde Turquía.
Durante las últimas 72 horas las tropas de Al Asad han avanzado con el apoyo de la aviación rusa, mientras los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS), cercados y perdiendo terreno, combaten codo a codo con grupos islamistas, e incluso con los yihadistas del rebautizado Jabhat (JABAT) Fata al Sham, antigua rama local de Al Qaeda. “No nos queda más opción que aceptar toda la ayuda que nos ofrezcan. Al fin y al cabo en la coyuntura actual el régimen es el enemigo prioritario a derrotar”, declaró desde Turquía un miembro del Consejo del Ejercito Libre Sirio en Alepo.
Activistas de la franja insurrecta han advertido sobre la creciente escasez de víveres, material médico y de combustible, que podría desatar una nueva crisis humanitaria. Moscú anunció esta semana la apertura de hasta cinco corredores humanitarios y haber atendido a unas 250 personas en los últimos días. Sin embargo, portavoces del ELS aseguran que tan solo una veintena de familias han optado por huir, mientras que el resto desconfían de los soldados regulares.
Con el recrudecimiento de los combates y de los bombardeos, las aviaciones leales han dejado decenas de muertos, entre estos un niño de tres años sepultado entre los escombros de su hogar ayer. Los rebeldes han recurrido a la quema masiva de neumáticos para crear columnas de humo sobre la ciudad que para dificultar la visibilidad de los pilotos. También han intensificado sus ataques de morteros sobre la Alepo controlada por fuerzas del régimen, que en las últimas 48 horas han causado la muerte de unos 30 civiles, entre ellos varios niños, según información del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
En fin, todo parece indicar que esta guerra civil se encamina a convertirse en otro triunfo de Rusia, en un pulso geopolítico en el que los EEUU lucen débiles. La buena noticia es que el Estado Islámico esta siendo derrotado, pero con este las fuerzas democráticas en Siria y su primavera árabe.