A DECIR QUE NO, COLOMBIANOS
Por: Fernando Londoño Hoyos
Aceptamos el desafío de Juanpa. Convencido de que moviendo sus grupos pestilentes de paniaguados, sus putrefactos mecanismos de poder, el de la Registraduría, Thomas Gregg y Smarmatic incluídos, y tal cual atolondrado o acobardado por sus amenazas conseguirá los cuatro y medio millones de votos que cree necesitar para entregarle este país al comunismo, a las FARC y a sus hordas, y al narcotráfico, ha tenido la mala idea de desafiarnos. Y le vamos a demostrar que eso no se hace con este pueblo.
Vamos a decir que NO, en un acto valeroso y resuelto, porque negarse es afirmar los santos valores que el NO representa; porque significa que no nos manejan con mermeladas ni miedos; porque creemos en una Patria distinta a la que pretende montar la izquierda violenta dirigida por Enriquito Santos; porque creemos en la libertad, la democracia plena, la paz sin condicionamientos ni matoneos, la sagrada unidad de la Nación.
Colombia jamás fue comunista. En cualquier elección libre sabíamos de antemano que el comunismo sacaba cien mil votos y eso era lo que representaba, y lo que representa.
No somos comunistas, porque no creemos en la dictadura del proletariado, ni en ninguna otra; porque no juega con nosotros aquello del materialismo histórico ni de la dialéctica que termina fatalmente en la lucha de clases, en el odio como profesión y sistema; porque no nos apuntamos a la estúpida idea de que el Estado lo maneja todo, lo resuelve todo, lo decide todo desde sus cuarteles de planificación centralizada; porque para nosotros la Religión no es el opio del pueblo, ni la familia una superestructura despreciable y prescindible; porque creemos en la Libertad para escoger el camino de nuestras vidas; porque respetamos a los demás; porque no aceptamos los dogmas que aniquilan la conciencia y condicionan la expresión. Y porque sabemos que el comunismo ha sido un fracaso universal y lo será donde se lo intente. Por todo eso votaremos NO a ese maldito plebiscito.
Votaremos NO porque rechazamos de plano la idea de que el crimen conduzca al poder y que los delitos más execrables se negocian y perdonan.
Votaremos NO porque no aceptamos el cuento de la dejación de armas, que es la maleza retórica que encubre el hecho cierto de que las FARC mantendrán las suyas, con la promesa de que solo las usarán cuando sea necesario. Sabemos demasiado bien cuándo consideran necesario usarlas para matar inocentes, asaltar pueblos, esclavizar mujeres y niños, secuestrar enemigos, imponer su voluntad a los campesinos, robarles sus tierras y sus hijos.
Votaremos NO porque Juanpa no va a establecer en Colombia el viejo cesarismo, a punta de corrupción, de propaganda oficial, de amenazas encubiertas y terrorismo manifiesto. Las leyes habilitantes y los congresitos entregados no se impondrán en Colombia.
Votaremos NO porque no nos vamos a dejar armar un Tribunal para que absuelva a los bandidos y persiga a la gente de bien. Ya hemos bebido del cáliz de la justicia política y nos recetan una peor, más agresiva, más parcializada, más obsecuente con los poderes del partido único.
Votaremos NO porque a Colombia no nos la van a dividir en retazos territoriales, como los que ya anuncian las FARC y el cómplice primero de las FARC, el tal Sergio Jaramillo. Ya conocemos el experimento del Catatumbo, como para ignorar lo que sean las zonas auto gestionables, sin autoridad, sin ejército ni policía, sin jueces, libradas a las armas y al capricho de los bandidos. ¡NO nos van a partir la República en mil pedazos!
Votaremos NO porque nos negamos a tener unas Fuerzas Militares castradas, títeres, incapaces de cumplir la sagrada misión que la Constitución les otorga.
Votaremos NO porque Colombia no será un Narco Estado, como hace rato lo vienen diseñando y organizando. Ya nadamos en mares de cocaína con esta política perversa y miserable de condescendencia con las FARC. Podemos advertir lo que viene con los territorios auto gestionables.
Votaremos NO porque no vamos a representar el doloroso espectáculo de un Estado terrorista, precisamente cuando el mundo le declara la guerra al terrorismo. Lo que pretenden las FARC y sus amigotes no es solo una iniquidad. Es un anacronismo.
Votaremos NO cualquiera que sea la pregunta malévola y bellaca que se formule. Ni se atreven a presentarla, por oportunismo y vergüenza. Si creen que nos van a poner de rodillas, se equivocaron; si creen que nos van a engañar, les recordaremos que la estupidez no es nuestro fuerte; si creen que nos van a halagar con promesas idiotas o que nos van a comprar con un tarro de mermelada, ese día les diremos, con millones de votos que esta es una Patria digna y grande, que le pertenece a un pueblo indomable.
Es un desafío, compatriotas. Lo aceptamos.
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