Felices Pascuas, queridos amigos. Lo decimos, se los garantizamos, sin una pizca de ironía. Felices Pascuas, Cristo ha resucitado. Él es nuestra esperanza, nuestro consuelo, nuestra garantía de que no somos solamente un poco de polvo, que en polvo nos hemos de convertir y nada más, somos un alma, un espíritu que vivirá para siempre en el costado de Cristo. Pero no podemos decir con la misma certeza que son felices los días de estas Pascuas. Tenemos que ser objetivos. No se trata de hacer tremendismo, ni más faltaba, ni de hacer oposiciones imaginarias, solamente imaginarias para quienes entienden cualquier sistema crítico como una oposición desmedida a un gobierno, ni más faltaba. Pero la verdad es la verdad. La verdad es que todos los días la seguridad en Colombia se pierde, se acaba. Padecemos de unas manifestaciones de violencia sencillamente inmanejables…