Queridos amigos, no podía faltar que el coronavirus también se utilizara como una fuente de controversia política. Entonces, ya para algunos la libertad es propia de los liberales, del liberalismo económico que quiere salvar la economía, que quiere recuperar el tiempo perdido, que quiere evitar la pobreza a través de la apertura, y eso sería sencillamente delicioso, magnífico, fantástico ¿Quién se pudiera oponer a semejante cosa? Entonces salen voces liberales, tan autorizadas como las del doctor Echavarría, presidente del Instituto de Ciencia Política, tan caro y tan cercano a mis afectos, haciendo una excelente presentación de cómo hay que defender la economía. Estamos todos de acuerdo, hay que defender la economía ¿El camino es la apertura? ¿Ese es el camino?, porque esto es un problema objetivo. Este es un problema científico. Si la apertura nos permite mantener la economía y al mismo tiempo mantener el coronavirus en condiciones en que sea manejable, siquiera hospitalaria, manejable, perfecto, que sean compatibles las dos cosas. Pero si la apertura significa simplemente un brote o un rebrote colosal del coronavirus y más enfermos y más muertes y más inhabilidad para trabajar, eso sencillamente no es inteligente…