Por: Roberto Mora

La noticia internacional sigue siento el Brexit, es decir la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Alrededor del mundo se discuten sus causas y consecuencias. Hoy quiero referirme  a algunas de sus aspectos políticos.

Lo primero es que el resultado del referendo es un triunfo de los movimientos ultranacionalistas y xenófobos que, lamentablemente, florecen en Europa y EEUU. El artífice de este error histórico es Nigel Farage,  el líder del partido de extrema derecha UKIP o Partido Británico de la Independencia,  un grupo político que se formó en 1990, y cuyas únicas banderas son precisamente el euroescepticismo y su rechazo a la inmigración. En las elecciones de 2015 en el Reino Unido obtuvo un 12.7% de los votos, y accedió a un solo escaño. Pero en las elecciones europeas consiguió el tercer lugar en las elecciones de 2004, el segundo en las de 2009 y el primero en las de 2014. Como los déspotas del socialismo del siglo XXI, que aprovechan los espacios democráticos para hacerse elegir y luego desmantelar las garantías liberales, el UKIP se hace elegir al parlamento Europeo para proseguir su lucha de 26 años por frustrar el proyecto integracionista Europeo. En los EEUU, la cadena de noticias CNN ha presentado paralelos entre las declaraciones de TRUMP y PARAGE, quienes coinciden en apelar a la grandeza de sus países y en la importancia de retomar el control de sus fronteras.

Pero volvamos al Reino Unido. En lugar de conducir a los tiempos de la grandeza del imperio Británico, el resultado del referendo puede conducir a su desintegración. Solo Inglaterra y Gales votaron a favor de la salida, mientras que Irlanda  del Norte con margen de 55.8% a 44.2% y Escocia con 62% contra 38%,  votaron a favor de la permanencia. En Irlanda del Norte ya se ventila la idea de reunificarse con Irlanda para permanecer en la Unión Europea, mientras que la Primera Ministra de Escocia ha declarado que un nuevo referendo sobre la secesión del Reino Unido es una de las opciones sobre la mesa, luego que en el de 2014 se  decidió permanecer en el Reino Unido, y uno de los argumentos que se utilizó entonces, tanto en Inglaterra como en Escocia, fue precisamente la dificultad que este país tendría para acceder a la Unión Europea de manera independiente.

En cuanto al futuro de la Unión Europea, sus líderes intentarán controlar el efecto contagio que otros partidos ultranacionalistas quieren impulsar en Francia, Italia, Holanda, Austria y Dinamarca, entre otros. Para el efecto, los cancilleres de los 6 países fundadores (Francia, Alemania, Holanda, Luxemburgo, Italia y Bélgica) se reúnen hoy en Bruselas para discutir un documento en el que Alemania y Francia proponen convertir a la Unión Europea en una mecanismo flexible, en el que los países puedan escoger libremente en que participar. Esa es precisamente una de las críticas que se han formulado al proyecto de integración. Que sus objetivos han sido muy ambiciosos, y que nos es realista intentar convertir a Europa en una especie de Estado Federal, en detrimento de las soberanías nacionales.