Empieza la gran cosecha cafetera de finales de año que se extiende desde mediados y finales de septiembre hasta comienzos de diciembre, normalmente. La única buena noticia que tenemos es la abundancia de mano de obra de gente proveniente de Venezuela que, por los buenos salarios que se pagan en la cosecha cafetera, están dispuestos a un trabajo que no está resultando grato para grandes masas de la población colombiana que prefieren raspar coca; esa es la verdad, la verdad sea dicha “Del café a la coca”, pero parece que no tendremos dificultades de mano de obra por la gran afluencia de venezolanos que están dispuestos a trabajar en condiciones en que no están dispuestos a trabajar los que se le apuntaron a la desgraciada vorágine del narcotráfico. Señores, empieza la cosecha del café en condiciones muy adversas, con un precio internacional que está por los suelos; el precio del café en las bolsas de Nueva York está por debajo de un dólar la libra con un precio que no se veía hace mucho tiempo, y el café colombiano tiene un pequeño premium que valdrá un 10 o 12% sobre los valores que se cotizan en la Bolsa de Nueva York. Nos alienta, o alienta a los cafeteros, la noticia de que una devaluación del peso colombiano les permite a los cafeteros recibir un poco más por sus exportaciones que se hacen siempre en dólares, pero el panorama no puede ser más lamentable…