La situación en la frontera de Serbia con Hungría, donde este martes había un millar de refugiados, se está volviendo complicada después de su cierre del lado húngaro. 

Además, en Hungría se ha puesto en marcha una nueva legislación que castiga con penas de cárcel el cruce ilegal de la frontera y se terminó de cerrar una valla alambrada a lo largo de los 175 kilómetros de frontera con Serbia para impedir la entrada de los miles de refugiados, en su mayoría provenientes de países en conflicto de Oriente Medio y África, que desde hace semanas intentan llegar a Europa occidental por la llamada Ruta de los Balcanes, en la que atraviesan Turquía, Grecia, Macedonia y Serbia.

El Gobierno de Hungría ya anunció que extenderá hacia su frontera con Rumanía la valla levantada en su límite con Serbia. 

Y ya la policía húngara empezó a cumplir la nueva legislación. La policía interceptó ayer a 366 refugiados que intentaron cruzar de forma ilegal la frontera con Serbia.

Los detenidos podrán ser penalizados con entre uno y tres año de cárcel. En el caso de que provoquen daños en la valla construida para evitar el paso de inmigrantes, deberán pagar hasta cinco años.

Estas medidas de choque a la crisis de los inmigrantes, que empiezan a volverse populares entre algunos países de Europa, generan más preguntas que certezas. Lo cierto es que es probable que los refugiados busquen otros caminos para llegar a sus destinos y los celulares han sido sus mejores aliados. 

Por un lado con la aplicación Googlemaps localizan puntos concretos de la ruta y buscan carreteras secundarias sin ser vistos por las Fuerzas de Seguridad. Por otro, las redes sociales, el correo electrónico y, sobre todo, la aplicación de mensajes What`sApp les ayudan a estar en contacto con familiares o con los que van por delante.