Por Ángela M. Henao F.

Las causas del accidente del avión de Germanwings, que se estrelló en Francia el martes, siguen siendo bastante misteriosas. Son más las incógnitas que las certezas que rodean este fatídico accidente. 

Siguen saliendo a la luz hechos que desconciertan a la opinión pública y a los expertos. Ayer, por ejemplo, se divulgó información que indicaría que uno de los dos pilotos del avión, salió de la cabina y no pudo volver a acceder a ella. 

Una fuente anónima de The New York Times, medio que ha infiltrado los avances de la investigación, le dijo al diario que según lo reconstruido gracias a una de las cajas negras del avión, “El piloto se escucha fuera de la cabina, llamando suavemente a la puerta y no encuentra respuesta”, A partir de ahí “comienza a golpear cada vez con más fuerza y nunca llega a obtener una respuesta”. 

Lufthansa informó que el copiloto fue contratado en septiembre de 2013, inmediatamente después de completar su entrenamiento. Tenía 630 horas de vuelo. Mientras que el capitán había comenzado a trabajar en Germanwings en mayo de 2014 y tenía una experiencia de más de 6.000 horas de vuelo, indicó la compañía. Aún no se ha logrado identificar cuál de estos dos miembros de la tripulación fue el que se quedó por fuera de la cabina.

Esta información abre la posibilidad a la hipótesis de que el accidente fue causado intencionalmente por uno de los dos pilotos, tal vez en un acto suicida. Habrá que esperar si este accidente tiene algo en común con el Vuelo 990 de Egyptair, vuelo que recorría la ruta Los Ángeles – El Cairo y que el 31 de octubre de 1999, se estrelló en el Océano Atlántico cerca de 60 millas al sur de la isla de Nantucket, Massachusetts, matando a las 217 personas a bordo. Este accidente del 99, según indicios e investigaciones, fue causado intencionalmente por uno de sus pilotos, a quien se escuchó en las grabaciones recuperadas en las cajas negras decir más de 10 veces “en Alá confío”.